El micro salía a las 8.00am hacia Maracajaú, hacía una parada en Barra do Punaú. Una playa con agua de río de color marrón. El río también es conocido como río de Pepsi debido a su color. No merece la pena visitarlo, porque no tiene demasiado atractivo, pero es divertido para los chicos ya que pueden hacer kayak en un río muy poco profundo que no presenta ningún peligro.
Guaranaaaaaa.....!!!
Almorzamor en Punaú y luego salimos a eso de las 13.00hs hacia Maracajaú. Fue un viaje cortito desde Punaú, de aproximadamente 25 minutos.
Cuando llegamos a Maracajú teníamos que elegir si además de hacer snorkel íbamos a hacer buceo. Yo la verdad, no estaba muy decidida, pero tenía muchas ganas. Nos dieron el equipete para hacer snorkel y nos dirigimos al catamarán que nos llevaría mar adentro. Para nuestra sorpresa, tuvimos que meternos en el mar hasta el nivel donde el agua nos llegaba por la cintura (al menos a mí), por lo que tuvimos que sacarnos la ropa, quedarnos en malla, morjanos y pasar un poco de frío. Hicimos 7km más o menos hasta que llegamos al arrecife.
En Maracajaú partiendo hacia mar adentro en el catamarán
La verdad que nos desilusionó bastante. Estaba lleno de otros catamaranes con más personas. En promedio, cada barquito llevaba como a 50 personas, o más. Y cada barquito brindaba un servicio de comidas y bebidas. No había demasiada vigilancia y la corriente del mar era bastante fuerte. Finalmente no hice buceo, me dio un poco de inseguridad así que lo dejé a Luis sólo (perdón Gordo!!). Yo me quedé con Santi haciendo snorkel. La verdad es que mucho no se veía. Sin querer y a causa de la fuerte correntada, dimos contra un coral, lo que nos hizo sentir muy mal debido a que es un daño importante para este animalito así que salimos un rato. Gracias a que los hombres del barquito arrojaron un poco de alimento para los peces, pudimos ver algunos pececitos nadando, pero la verdad, no se veía mucho. Había bastante viento, así que cuando salimos del agua, empezamos a tener frío. Luis también volvió desilusionado de bucear, porque realmente no fue lo que esperaba. Fueron dos horas que estuvimos en mar adentro hasta que finalmente el barquito pegó la vuelta.
Cuando volvímos, teníamos mucho frío, porque todavía nos faltab el último chapuzón desde el barquito hasta la playa!! Llegamos y nos secamos un poco. Mi ropa se mojó así que tuve que venir en malla y con una remera, Santi por suerte tenía toda su muda seca, y Luis también se pudo cambiar la ropa. El viaje de vuelta en micro fue un poco largo, pero como estábamos cansados volvimos durmiendo.
Afortunadamente todavía nos quedaba un día de pileta o playa para descansar todo el día.
Santi volvió súper contento, porque al margen de que el paseo no fue lo que nosotros esperábamos para el fue increíble poder hacer snorkel y ver un coral de verdad. Según el, fue el día más feliz de su vida. Con eso compensó por completo nuestra desilusión inicial.
Cenamos en el hotel y nuevamente asistimos al show del mago.
Nos fuímos a dormir rendidos esperando que el último día que nos quedaba nos permita estar en la playa y en la pileta.
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